Desafíos del psicoanálisis en América Latina y Chile. Entrevista a José Fernando Velásquez *
Por Joaquín Carrasco
¿Cuál consideras que es la especificidad del psicoanálisis en América Latina?
El psicoanálisis de orientación lacaniana tiene una especificidad, que no puede ser de latitudes, tampoco de razas, ni siquiera de edades: es su orientación por lo Real. La brújula de lo real es lo que nos permite mantenernos en la ruta para enfrentar tantos distractores locales, como son el discurso de los DSM, que en nuestra latitud es muy fuerte comparado con otras zonas del mundo, o también el hecho de que mucha de nuestra práctica esté ubicada en instituciones comandadas por el eslogan de la evaluación "para todos", rápida y eficaz.
Creo que el psicoanálisis de orientación lacaniana en América Latina empieza a apropiarse de las consecuencias de la última parte de la obre de Lacan, cuando puede captar los acontecimientos de lo Real en el la dimensión en la que el sentido no está. Una dimensión que a diferencia de las otras dos, Simbólico e Imaginario, es de donde surge toda la diferencia entre lo Uno y el Otro en el ser hablante: "Lo real por tanto no es universal".[1] Lo Real es singular, no se liga a nada del Otro Simbólico o del Sentido, sino a algo de lo real del Otro. Este le permite al ser de goce vivir lo Uno de su propio goce y así diferenciarse de los Otros goces del Otro.
Estoy seguro que la formación de los psicoanalistas practicantes apoyado en los pilares tradicionales, como son el análisis llevado hasta las últimas consecuencias, la Escuela y el Control de la práctica, serán la garantía para hacer existir el psicoanálisis de orientación lacaniana en una justa proporción, sin ideales de extensión o de crecimiento, que en ocasiones son una ilusión más que nos distrae.
¿Cuáles son los desafíos actuales para el psicoanálisis en la región?
Al inscribir lo Real en nuestra práctica, ocurre un revés en el psicoanálisis como lo pensábamos hasta el momento.
- El autismo de goce es lo que vendrá a imponer la reflexión sobre lo Uno y no sobre el Otro.
- Ocuparnos del síntoma dejando de lado su vertiente metafórica y privilegiando su función de anudamiento.
Creo que poder mantener esta dimensión de la práctica analítica debe llegar a permear la forma como se transmite el psicoanálisis en las universidades y maestrías de nuestra región.
También saber instalarse en una posición conveniente en cada situación, por ejemplo, en la práctica institucional, para la Acción Lacaniana.
Ahora no estamos en los años 80 cuando el psicoanálisis podía considerarse una práctica de moda, innovadora, que llegaba teñida de revolución. Ahora se nos critica y se nos evalúa. Entonces tenemos que saber llevar adelante la tarea sostenidos en la propia formación.
¿Qué destacarías de tu reciente visita a Chile?, ¿con que visión te vas respecto al trabajo realizado?
El seminario sobre las psicosis ordinarias fue la oportunidad para encontrar en la comunidad de colegas de Santiago un deseo vivo por el psicoanálisis. Es refrescante verificar que hay un deseo que construye, que se consolida para enfrentar el futuro; que depone diferencias, que mira hacia la Escuela. La conversación política dio cuenta de ello.
La experiencia de compartir la clínica por medio de la conversación sobre algunos casos, los controles y la presentación de enfermos, fue enriquecedora para mí, además de confirmarme que hay un compromiso por la formación y por superar una alienación subjetiva al Ideal, cuestión que no está en todos, pero que es prudente provocar.
Considerando el momento actual de la NEL-Santiago, ¿qué destacarías como los principales desafíos a nivel local?
Así haya autorización de sí mismos, el concepto de Escuela califica una relación al saber bastante particular: es la deposición de un supuesto saber ante la confirmación que no hay El analista. Todos estamos forcluídos al respecto. Todos en busca de verificar vez por vez, que el acto propio puede o no ser analítico. No hay garantía. Esta entonces por crearse la transferencia a la Escuela, que va más allá del deseo de crearla, de organizarla, de establecer los estamentos. En el Uno solo no puede haber formación, en la suposición de saber solo hay infatuación. Como dice Miller, la Escuela no debe ser un lugar seguro, sino más bien trágico, porque ¿Cómo podemos saber si un analista tiene, supuestamente, una competencia sobre una materia tan especial como es el inconsciente?
* José Fernando Velásquez es psicoanalista, AME de la Nueva Escuela Lacaniana y de la AMP, expresidente de la NEL.
NOTAS
- La Tercera, 83.