Mi primer (?) acercamiento a Freud
Moriak Núñez
Antes de comenzar a participar en actividades de la NEL jamás habÃa leÃdo a Freud. HabÃa escuchado su nombre un par de veces viniendo desde la cultura pop. Cuando comencé a estudiar Literatura, una de las primeras frases que se repetÃa en los cÃrculos intelectuales era "no me gusta Freud porque considera que los homosexuales están enfermos". Hasta la fecha estoy convencido que, las personas que se jactaban con ese reduccionismo, simplemente no habÃan leÃdo a Freud o no lo habÃan leÃdo con humildad.
Volvà a escuchar comentarios de Freud cuando comencé a estudiar IngenierÃa Comercial, esta vez era el esposo de una psicóloga el que hablaba con completa autoridad: "Freud estaba loco, era cocainómano". Incluso en la actualidad mis amistades (psicólogos algunos) señalan que el problema es que está loco porque, intuyo, no es psicologÃa. Y digo intuyo porque nunca argumentan, sólo dicen que está loco. Lo otro que conocÃa de Freud es la caricatura de recostarse en el diván y que todo apunta a la sexualidad con la madre de cada uno.
Arguyo que para los sicólogos es difÃcil de digerir, difÃcil de sistematizar (en comparación con estas ciencias de la salud mental). Pero -creo- que simplemente es incómodo. Y no sólo para los psicólogos, para cualquier sujeto de lenguaje.
Mi experiencia no es esa. Me es más un escritor didáctico, atrevido y persistente (cuando corresponde). No por eso fácil o breve. No tengo claridad en todo lo que me ha ayudado, sobre todo si no fuera por las lecturas que comparte cada uno en las reuniones (esta es una de las cosas que más agradezco). Y sà destaco un par de cosas:
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Es clave para formarse como analista. Este punto es más para los que estamos empezando, no es novedad pero tampoco está de más la corroboración.
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No sé cómo, pero: Gradualmente, y en conjunto con otros procesos, he dejado de intelectualizar forzosamente. Me es importante destacar que este “progreso”. Más que únicamente por Freud, se da por las lecturas que comparten los otros miembros del grupo (obviamente combinado con el análisis y la tarea personal). Esta es, sin duda, la mayor ganancia.
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Me quedé fijado en esto de poner el foco en lo que falta: “la remoción del material patógeno estrato por estrato, que de buen grado solÃamos comparar con la técnica de exhumación de una ciudad enterrada. Primero me hacÃa contar lo que a la enferma le era consabido, poniendo cuidado en notar dónde un nexo permanecÃa enigmático, dónde parecÃa faltar un eslabón en la cadena de las causaciones, e iba penetrando en estratos cada vez más profundos del recuerdo a medida que en esos lugares aplicaba la exploración hipnótica o una técnica parecida a ella. La premisa de todo el trabajo era, desde luego, la expectativa de que se demostrarÃa un determinismo suficiente y completo; enseguida habremos de considerar los medios para esa investigación de lo profundo” (S. Freud 1893 – 95, p.155)
Tanto me falta para llegar a ser un buen analista que, por ahora, sólo admiro esta idea románticamente.
El trabajo de Freud está plagado de perlas. La humanidad ya las observó y no hay pie atrás. Estoy seguro que imposible demostrar que nuestras civilizaciones están limpias de Freud. La peste llegó para quedarse.